domingo, enero 29, 2006

"Domingo: Día de limpieza general"


Así se titulaba el primer capítulo de un libro de los años cincuenta que se llamaba "Tu belleza". La autora era Anita Colby, que al parecer fué una asesora de imagen o como entonces se le llamara, del hollywood de entonces. Se supone que aquello era un tratado para hacer de cualquier jovencita, una mujercita americana perfecta, en todos los sentidos.
"Enseñaba", entre otras cosas, a lavarse , a peinarse, a vestirse, a comportarse, a a delgazar, a decorar la casa, a recibir invitados, a ser invitada.., y a tener una cita con un chico sin meter la pata.
Mi amiga Rocío y yo, pescamos ese libro en la biblioteca de su casa. Era de su madre, cuando era una jovencita quinceañera. Nosotras teníamos entonces esa misma edad. Lo pillamos un fin de semana y nos propusimos hacer un cursillo intensivo en el que nos pusimos mascarillas, arreglamos nuestro armario, hicimos gimnasia, dieta.. . Lo de recibir invitados, poner la mesa y ser invitadas nos importaba menos, muchísimo menos en aquel momento. La verdad es que después de ese fin de semana nos olvidamos del libro, y volvimos a comportarnos como quinceañeras de los 80 en lugar de unas de los 50.
Pero ese primer capítulo lo recuerdo cada domingo, cuando tengo que lavar la ropa sucia de toda la semana, poner secadoras, lavavajillas, pasar aspiradora y cambiar sábanas, y sonrío con sarcasmo al recordar la alegría y el orgullo con el que se supone deberíamos sentir como buenas chicas, políticamente correctas, al vaciar y ordenar armarios, planchar camisas, doblar calcetines y perfumar la habitación, se supone que llena de encajes y posters de James Dean, Elvis Presley y angelitos de la guarda. Ahora pienso: ¿Existieron aquellas mujercitas de verdad?.

jueves, enero 26, 2006

El murciélago de Almu.


Tenía Almudena cuatro años, cuando un día llego al cole y me dicen que están de duelo porque se ha muerto un antiguo profesor y que se van todos al funeral y el cole cerrado.
En fín , que les doy el pésame, agarro a mi niña, la subo en un taxi y me la llevo a la oficina. No podía hacer otra cosa.
La senté en mi mesa frente a mi, le dí un rotulador y unas cuartillas y le dije: “Anda chata, píntale un dibujo a mami”. “¿Qué puedo pintar mamá?”. “Pues pinta un animalito, un pajarito….”.
Aquí teneis el resultado: Pintó un murciélago, pero ojo: lo pintó de NOCHE, DENTRO DE UNA CUEVA Y COLGAO boca abajo,. Tiene arte mi niña o no tiene arte?. :P

miércoles, enero 25, 2006

La pantojita

Hace unos diez años que me vine a vivir a esta casa. Era a principios de Marzo y había una verbena de carnaval en la plaza donde vivo, así que imaginaos el comité de bienvenida que esperaba al camión de mudanzas.
Y qué nochecita pasé, mare, con el "Carnavalll carnavallll, y el verbeneo y despiporre de la peña en la plaza, los gritos de "Ntoniooo esperaaaa, que te llevas mis llaves del cocheee", las risas, etc. Y la orquesta, qué decir de la orquesta: Socorro. Es lo mejor que se me ocurre. Para qué recordar aquel machachón chim pum, chim pum.
Pero yo estaba feliz, espectante , como siempre que comienzo un proyecto. Nada podía enturbiar mi ilusión.
Acabadas las tareas de meter en mi casa las doscientasmilmásuna cajas que traía del otro piso, más los muebles nuevos para este, (que es más grande ), me dediqué a ir colocando todos los objetos posibles e imposibles al mismo tiempo que iba recibiendo las amables y remuneradas visitas de carpinteros, pintores, electricistas, tramoyistas.. !Ay no, perdón, tramoyistas no vinieron, pero creo que son los únicos que faltaron por entrar en mi casa aquellos días.
En esto, los días pasaban, el tiempo avanzaba y llegó la primavera. Qué delicia, la plaza luminosa y llena de naranjos en flor, el olor a azahar estaba por todas partes, y desde mi ventana el horizonte. Y claro, con la buena temperatura, todas las ventanas de la casa abiertas.
Y así fué como la descubrí. Estaba yo colocando alegremente mis objetos queridos sobre las estanterías cuando escuché un graznido parecido a una voz humana, que con tono infantil pretendía entonar: "Capoteeee de grana y orooooooooo". Zocorro, cogí el tocho de las páginas amarillas en busca de un exorcista, porque los berridos seguían y seguían. Pero no, no lo hice, porque de pronto escuché una voz de mujer adulta que respondía a los graznidos: !Muy bien mi niña, sisi, ahora cántame por Marifé de Triana. Y la voz volvía a graznar: "Maríaaaaaaaa de la ooooooo, qué desgrasiaíiiiiiita tu eres, teniéndolo toooooooooo". Diosmiodemivida, me había tocado de vecina una pantojita!!!. No podía cerrar las ventanas para no oirla porque me perdería la brisa perfumada de azahares que tanto me había atraido hacia esta, mi nueva casa! . Y voilá!, se me ocurrió una solución desesperada: El blues, el Rock, El pop, la Opera; es decir: La MUSICA. La de verdad, la bien entonada, esa que libera y le da brillo al pelo !. A partir de ese momento, cada vez que escucho cantar a la pantojita por el patio del edificio, (por fortuna vive en otra escalera, a cuyos vecinos compadezco), me dispongo a poner mis cds a toda leche. Si no consigo que la muchacha cambie de opinión en cuanto al enfoque de su carrera artística, al menos ella y el resto de los vecinos escucharán buena música. :)
Y si, la moza sigue pretendiendo cantar, solo que ahora no es una voz infantil de niña del exorcista, sino voz de mujerona desgañitada. No sabría deciros que es peor, aunque al menos ahora no se puede culpar a su ilusionada mamá .

Comienzo...

Por fín me he decidido...